Los bosques tropicales se están elevando, empujados por el cambio climático

Los bosques tropicales se están elevando, empujados por el cambio climático

En los bosques tropicales de América algunas especies de plantas se están desplazando en busca de temperaturas más frescas, en un intento por adaptarse al cambio climático. Dos nuevas investigaciones revelan que la dinámica de estos ecosistemas es más compleja de lo que se pensaba.

Cada vez son más frecuentes las alertas y los llamados a la acción ante el acelerado aumento del calentamiento global. El 2024 fue, de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el año más caluroso jamás registrado, al superar en cerca de 1,55 °C los niveles preindustriales. Por primera vez se excedió el umbral de 1,5 °C del Acuerdo de París, que busca reducir, precisamente, los riesgos y efectos del cambio climático.

El programa Copernicus, de la Unión Europea, y la OMM confirmaron, además, que 2025 no comenzó mejor. Enero pasado batió un nuevo récord, convirtiéndose en el mes más cálido registrado hasta ahora, con una temperatura media de 1,75 °C por encima de los niveles preindustriales. En medio de estas circunstancias, varios estudios han demostrado cómo distintas especies de fauna, entre mariposas, aves e incluso algunos mamíferos, han intentado adaptarse a las nuevas temperaturas, desplazándose hacia zonas de mayor elevación, en busca de hábitats más fríos.

Pero, ¿qué sucede con los seres vivos inmóviles, como las plantas? Un reciente número de la prestigiosa revista Science llevó en su portada un par de estudios que arrojan nuevas pistas sobre el tema. Publicados el pasado 7 de marzo, estos trabajos evaluaron la manera en que las especies vegetales de algunos bosques tropicales de América están respondiendo al cambio climático.

Bosques que se mueven

Desde que Santiago Ramírez, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), estaba estudiando su pregrado en biología se empezó a interesar por los bosques tropicales y, en particular, por los bosques de niebla. Este ecosistema se encuentra en zonas montañosas, entre los 1.500 y 3.500 metros sobre el nivel del mar y, por lo general, está rodeado de nubes o niebla en la superficie, lo cual le otorga una alta humedad. Es por ello que el científico, quien además tiene un doctorado en ecología, quiso analizar la dinámica de estos bosques en relación con el cambio climático.

Ramírez y sus colegas analizaron datos de los últimos 40 años sobre especies vegetales de distintos grupos, como angiospermas (plantas con flores, como las heliconias), gimnospermas (con semillas expuestas, como los pinos), y helechos y licofitas (que son plantas sin semillas, que se reproducen por esporas), todos destacados en los bosques tropicales de montaña en Mesoamérica, desde México hasta Panamá. Lo hicieron gracias al Global Biodiversity Information Facility, una base de datos global que contiene información de herbarios de todo el mundo, construida por personas que van al campo, recolectan plantas, las prensan y registran sus características en el repositorio.

El análisis de esa información reveló que en los años 80 algunas de las plantas se encontraban en un punto más bajo en comparación con las colecciones de 2010. En otras palabras, una parte del bosque de niebla, al igual que muchos animales, ha ido subiendo. “Nuestros hallazgos revelan un desplazamiento ascendente promedio de 1.8 a 2.7 metros por año desde 1979”, se lee en el artículo. No todas las plantas están involucradas en esta dinámica. De las 1.000 especies que analizaron los científicos, aproximadamente sobre el 36 % se demostró evidencia de un desplazamiento.

“Parecen pocas, pero el mensaje clave es que hay grandes diferencias entre las especies: mientras que unas avanzan rápido, otras van más lento”, le explica Ramírez. Entre las que parecen estar moviéndose más fácilmente están las plantas que se dispersan por el viento. Es decir, aquellas cuyas semillas son ligeras. En cambio las plantas con semillas más pesadas, que caen cerca del árbol madre, tienen mayor dificultad para moverse. Otras especies a las que “les gusta más el calor” no han presentado cambios en su elevación.

“Esto, con cierto grado de incertidumbre, nos habla de la posibilidad de que las especies están respondiendo de manera desigual a las presiones del cambio climático”, agrega el investigador. “Uno podría pensar que el bosque, como una comunidad, se mueve al mismo tiempo, pero en realidad lo está haciendo a ritmos distintos”. Los resultados revelan que el sistema de los bosques puede ser mucho más complejo de lo que se creía, además de que despiertan nuevas preocupaciones en torno a los riesgos a los que se enfrentan estos ecosistemas.

Ramírez lo explica a través de un claro ejemplo. Las plantas epífitas, como las orquídeas, las bromelias o algunos musgos y helechos, viven y crecen sobre los troncos o ramas de otras especies. Aunque es posible que las epífitas se muevan a la par del cambio climático, si los árboles que le proporcionan soporte no se desplazan al mismo ritmo, puede que se vean afectadas. A ojos del biólogo, probablemente se están perdiendo esas interacciones entre especies.

Los investigadores también analizaron los límites de las franjas de los bosques. Se sorprendieron al hallar que el límite superior (la parte más alta de este ecosistema) no se está desplazando o incluso está bajando, a diferencia del límite inferior. “¿Qué está pasando?”, menciona Ramírez. “Creemos que las especies están encontrando topes, lo máximo que pueden desplazarse hacia arriba. Lo primero y muy obvio es que en algunos casos ya no hay más montaña para subir”. Pero otra hipótesis para explicar ese tope podría tener que ver con el uso del suelo. El estudio apuntó a que las especies que se ubican en zonas donde hay mayores índices de deforestación, tienen más restricciones para desplazarse a mayor altitud

En los bosques de México, por ejemplo, puede que la deforestación para monocultivos de papa, que se da en zonas elevadas, esté impidiendo que las plantas del bosque suban, pero esto es también apenas una teoría. Ramírez dice que cuando se responde una pregunta, surgen dos más.

Una lenta adaptación

El otro estudio publicado en la revista Science se enfocó en los cambios que han presentado los bosques tropicales de América, con el fin de adaptarse al cambio climático. Jesús Aguirre, también biólogo con un doctorado en ecología e investigador del Environmental Change Institute de la Universidad de Oxford (Reino Unido), fue el principal autor del artículo.

El equipo de trabajo, que incluyó científicos de América Latina, Estados Unidos y Europa, aportó datos de especies vegetales recolectados durante décadas, y luego salió en busca de nuevos registros. Midieron las características de los árboles, su largo y ancho, así como la química y el grosor de sus hojas. Esa información, cuenta Aguirre, les permitió saber qué tanto han cambiado los ecosistemas, no solo en cuanto a abundancia, sino también sobre sus atributos funcionales.

“Los bosques, a través del tiempo, pueden reaccionar de tres maneras”, explica el científico. “Una es permaneciendo igual que en el pasado. Básicamente esto significa que los árboles solo crecieron, pero ninguna especie murió ni llegó otra nueva. Lo que se vería en este caso es que las comunidades no cambiaron y, por lo tanto, no están adaptándose a los cambios del clima”.

Una segunda opción, menciona el profesor, es que algunos individuos del bosque mueran, pero lleguen otros que los investigadores llaman “reclutas”. Estas nuevas especies tendrían atributos importantes en términos de adaptación, pues habrían logrado llegar al bosque a pesar del aumento de la temperatura y la reducción de las lluvias.

Finalmente, en tercer lugar, los investigadores pueden examinar las características de las plantas que no sobreviven, pues no tienen la capacidad para adaptarse. “Nosotros analizamos los tres aspectos, y el mensaje que obtuvimos fue que las comunidades, en general, no están siguiéndole el ritmo al cambio climático. Se están adaptando apenas en un 8 % de lo que esperaríamos”, afirma Aguirre. Esto sugiere que, en su mayoría, los bosques no están respondiendo de manera efectiva al cambio climático.

Algunas de las situaciones más críticas, dice el biólogo, se presentan en el arco de deforestación del Amazonas, y es posible observar efectos aún más negativos en el área de bosques de Mesoamérica. Al igual que la investigación anterior, Aguirre advierte que esas zonas no solo se enfrentan a las presiones por el cambio climático, sino también al cambio de uso de suelo de los últimos cientos de años que ha generado altos niveles de fragmentación.

El caso de los “reclutas” o “árboles del futuro”, como los llama el profesor, resulta una excepción interesante. Se trata de las especies que están colonizando los bosques y que, según el equipo de investigación, muestran una mayor capacidad de aclimatación.

Este fenómeno parece reflejarse en el aumento de árboles y arbustos caducifolios, que pierden sus hojas en épocas de sequía, una estrategia que podría favorecer su adaptación al calor. Sin embargo, aunque estas especies han cambiado entre un 20 y 22 % de lo necesario para ajustarse a las nuevas condiciones climáticas, el avance sigue siendo limitado. Realmente, dice el investigador, “no están en equilibrio con el cambio climático, pero están un poco mejor. Están intentando alcanzar ese nivel, aunque todavía se quedan un poco cortas”.

Aunque no son noticias muy alentadoras, Aguirre asevera que tampoco son tan malas. Al final, dice, estos hallazgos nos muestran que los bosques, aunque lentamente, están intentando adaptarse a la emergencia climática. “Tal vez esta información sirva a los programas de conservación para escoger especies con estos atributos y, quizá, reforestar con ellas”.

*Este artículo es publicado gracias a una alianza entre El Espectador e InfoAmazonia, con el apoyo de Amazon Conservation Team.

FUENTE: EL ESPECTADOR

https://www.elespectador.com/ambiente/amazonas/los-bosques-tropicales-se-estan-elevando-empujados-por-el-cambio-climatico/

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Marcas de belleza lideran programa de limpieza para envases difíciles de reciclar 

Marcas de belleza lideran programa de limpieza para envases difíciles de reciclar 

Un grupo de marcas líderes lanza un plan para reducir residuos en envases de belleza, promoviendo el reciclaje y la reutilización con recompensas para consumidores.

El sector de la belleza enfrenta un reto medioambiental significativo: el 86 % de los envases de plástico de productos cosméticos no se reciclan. Para abordar esta problemática, más de 50 marcas y minoristas han lanzado la Gran Limpieza de Belleza Británica, una campaña que busca educar a los consumidores sobre el reciclaje y fomentar la reutilización de envases.

Uno de los hallazgos más alarmantes proviene de la investigación del British Beauty Council: solo el 14 % de los envases llega a una planta de reciclaje, y apenas el 9 % es reciclado efectivamente. A esto se suma el informe de bareLUXE de 2023, que revela que solo el 23,4 % de los consumidores ha adoptado envases rellenables, a pesar de que el 79,3 % valora la sostenibilidad en sus compras.

Empresas que lideran el cambio en reciclaje de envases

Para revertir esta tendencia, empresas como L’Oréal, Tesco, Boots y John Lewis han desarrollado iniciativas que incluyen mapas interactivos de reciclajeprogramas de fidelización y puntos de recolección para envases considerados «difíciles de reciclar». Estos incluyen muestras de productos, labiales, compactos, tubos de pasta de dientes y bombas de loción, entre otros.

Boots ha fortalecido su programa «Recicla en Boots», que ya cuenta con más de 330.000 usuarios y ofrece 500 puntos Boots Advantage (equivalentes a 5 libras) por cada cinco envases depositados, siempre que el consumidor realice una compra de al menos 10 libras. Por su parte, ELEMIS ha lanzado un programa de recogida con incentivos en sus tiendas de Monmouth Street y The House of ELEMIS en Londres.

Otra iniciativa destacada es BeautyCycle de John Lewis, que premia a los consumidores por reciclar productos de belleza de marcas certificadas por B-Corp, como Medik8 y ELEMIS. Asimismo, The Hut Group ha expandido recycle:me, con 14.000 puntos de entrega y un servicio de recogida a domicilio operado por Royal Mail.

Expansión de los puntos de reciclaje en el sector de belleza

L’Oréal ha reforzado su programa Maybelline, que cuenta con más de 1.500 puntos de reciclaje en tiendas como Sainsbury’s, Superdrug y Tesco. Todos estos puntos pueden localizarse a través del mapa interactivo del British Beauty Council, facilitando el acceso de los consumidores a los programas de reciclaje.

Estos esfuerzos se suman a iniciativas previas, como la colaboración entre L’Oréal Groupe y Closed Loop Partners, que logró recuperar materiales de envases de pequeño formato en plantas de reciclaje. Además, programas como el de Reposit, City to Sea y M&S han ampliado su enfoque a productos de belleza reutilizables, respondiendo a la preocupación de que el 45 % de los consumidores no usa envases retornables por falta de opciones disponibles.

Fuente: www.elempaque.com

https://www.elempaque.com/es/noticias/marcas-de-belleza-lideran-programa-de-limpieza-para-envases-dificiles-de-reciclar

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Coca-Cola reduce sus metas de sostenibilidad de envases para 2035

Coca-Cola reduce sus metas de sostenibilidad de envases para 2035

El gigante de bebidas redefine sus objetivos ambientales, enfocándose en el diseño y la recogida de envases para 2035, marcando un cambio significativo en su estrategia de sostenibilidad.

Coca-Cola anunció una revisión de sus metas de sostenibilidad para 2035, enfocando sus esfuerzos en mejorar el diseño de sus envases y optimizar la recogida de estos tras su uso, desplazando sus objetivos anteriores.

Entre los nuevos objetivos, la compañía se propone incorporar entre un 35% y un 40% de materiales reciclados en sus envases primarios, incluyendo un aumento del plástico reciclado al 30-35% a nivel global.

Adicionalmente, Coca-Cola busca colaborar estrechamente en la recolección de envases usados, con la meta de asegurar la recogida de entre el 70% y 75% del número equivalente de botellas y latas que se introducen al mercado cada año.

Aunque la reutilización no está directamente contemplada en los nuevos objetivos, la empresa indicó su intención de continuar invirtiendo en envases rellenables donde ya exista la infraestructura necesaria.

Este ajuste en las metas no solo extiende los plazos establecidos en sus áreas de acción, sino que también sugiere una reducción en la ambición original de Coca-Cola respecto a sus compromisos ambientales.

Por ejemplo, anteriormente bajo su campaña «Un mundo sin residuos», la empresa se comprometió a reciclar el 100% de sus envases para 2030, ahora se ha reducido a asegurar la recolección de tres cuartas partes de los envases introducidos al mercado.

Retos en el incremento del contenido reciclado

Coca-Cola reconoció los desafíos asociados al incremento del contenido reciclado en sus envases primarios, citando problemas de costos, calidad y escalabilidad que podrían dificultar la implementación efectiva.

En cuanto a la recolección, la empresa destacó las diferencias en las capacidades de reciclaje entre distintas jurisdicciones y subrayó la necesidad de una acción colectiva para mejorar los sistemas de recogida.

Organizaciones como Break Free From Plastic han criticado la nueva dirección de Coca-Cola, señalando una aparente falta de compromiso con la reutilización y destacando la disminución de envases reutilizables de la empresa.

Este cambio en los objetivos de sostenibilidad de Coca-Cola se enmarca en una tendencia más amplia entre grandes marcas, enfrentando además demandas legales por su presunto rol en la contaminación plástica.

Fuente: www.elempaque.com

https://www.elempaque.com/es/noticias/coca-cola-reduce-sus-metas-de-sostenibilidad-de-envases-para-2035

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Walmart admite dificultades para cumplir metas de reciclaje en 2025

Walmart admite dificultades para cumplir metas de reciclaje en 2025

La empresa reveló que no alcanzará sus objetivos de reducción de plástico y reciclabilidad para 2025, pese a avances en empaques circulares y uso de PCR

El gigante minorista Walmart informó que no logrará sus metas de reducción de plástico y reciclabilidad para 2025. En su actualización más reciente, publicada el 28 de febrero, la compañía explicó que, si bien ha avanzado en áreas clave como el uso de plástico reciclado posconsumo (PCR) y la circularidad de envases, diversos factores han ralentizado su progreso. La empresa enfrenta desafíos significativos debido a la escasez de PCR de alta calidad, la volatilidad de precios y restricciones regulatorias que limitan su aplicación en algunos productos, como los farmacéuticos.

En 2023, Walmart reportó que el 82% de los envases plásticos de sus marcas propias a nivel mundial fueron diseñados para ser reciclables. Sin embargo, también reconoció que el uso de plástico virgen ha aumentado, principalmente por el crecimiento en categorías como la alimentación. La empresa informó que en 2023 el peso del plástico virgen utilizado alcanzó 1,07 millones de toneladas métricas, lo que representa un reto adicional para sus compromisos de sostenibilidad.

Factores que afectan el cumplimiento de metas de reciclabilidad

El minorista destacó que ha logrado reducir la intensidad general del uso de empaques plásticos al medir el peso del material en relación con el valor de sus ventas netas. Sin embargo, señaló que varios factores están fuera de su control, como el desarrollo de infraestructura para materiales reciclables y compostables, la evolución de políticas públicas y cambios en el comportamiento del consumidor.

Para abordar estos desafíos, Walmart ha impulsado iniciativas como la sustitución de sobres plásticos por sobres de papel y la optimización del tamaño de las cajas de cartón utilizadas en su negocio de comercio electrónico. Además, en 2023, comenzó a comercializar cubiertos desechables compostables con certificación BPI bajo su marca Great Value.

A pesar de los obstáculos, Walmart reafirmó su compromiso con la sostenibilidad y aseguró que continuará informando sobre sus avances en reciclaje y reducción de residuos. La empresa sostiene que estas iniciativas contribuyen a optimizar costos, conservar recursos y reducir emisiones, aspectos clave dentro de su estrategia ambiental.

El panorama del reciclaje y la sostenibilidad en la industria

El año 2025 ha sido un punto de referencia para muchas empresas que establecieron objetivos de sostenibilidad en empaques. No obstante, varias grandes compañías han reconsiderado la viabilidad de estas metas, optando por modificar o extender sus plazos. En este contexto, Walmart participa en el Pacto de Plásticos de EE. UU., una iniciativa que el año pasado amplió sus metas colectivas de 2025 a 2030.

Dentro de estos nuevos compromisos, el pacto busca reducir el uso de plástico virgen en un 30%, eliminar materiales problemáticos, reciclar el 50% de todos los envases plásticos y garantizar que al menos el 30% de los empaques estén compuestos por PCR o materiales de origen biológico sostenible. Además, persigue que la totalidad de los envases sean reciclables, reutilizables o compostables.

Por último, Walmart subrayó la importancia de la gestión de envases secundarios, que representan aproximadamente el 75% de su flujo de residuos operativos. Sus esfuerzos incluyen el reciclaje a gran escala de cartón y film plástico, así como la integración de envases reutilizables en distintos procesos logísticos. A medida que avanza hacia sus objetivos de sostenibilidad, la compañía seguirá monitoreando y ajustando sus estrategias para minimizar el impacto ambiental de sus operaciones.

Fuente: www.elempaque.com

https://www.elempaque.com/es/noticias/walmart-admite-dificultades-para-cumplir-metas-de-reciclaje-en-2025

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Nestlé España invierte en fábrica para envases reciclables

Nestlé España invierte en fábrica para envases reciclables

La compañía destina 15 millones de euros a su planta en Girona para producir envases reciclables de Nescafé, reducir plástico virgen y mejorar la eficiencia.

La multinacional Nestlé anunció una inversión de 15 millones de euros en su planta de Girona con el objetivo de implementar envases reciclables en su línea de café soluble Nescafé y en las cápsulas de Nescafé Dolce Gusto. Este movimiento forma parte de su estrategia para minimizar el uso de plástico virgen y aumentar la eficiencia energética mediante la automatización de sus procesos de envasado. La construcción de las nuevas instalaciones está prevista para finalizar a finales de año, permitiendo una transformación significativa en la producción de sus envases.

Con esta inversión, la fábrica introducirá dos nuevas líneas de envasado que permitirán fabricar bolsas de recarga de Nescafé con materiales reciclables. Estas bolsas, disponibles desde hace dos años, mantienen la misma calidad del producto en un formato más sostenible y han sido diseñadas para rellenar los frascos de vidrio de Nescafé. Además de reducir la generación de residuos, la compañía ha destacado que estas bolsas utilizan un 97 % menos de peso en comparación con los frascos tradicionales, facilitando un impacto ambiental positivo.

Un referente en producción sostenible

La fábrica de Nestlé en Girona, en funcionamiento desde 1968, es un pilar clave dentro de la estrategia de producción de la compañía. Actualmente, emplea a más de 900 personas y exporta el 75 % de su producción de cápsulas de Nescafé Dolce Gusto y el 84 % de su café soluble a 56 países. Además, opera con una caldera de biomasa que reutiliza posos de café para generar vapor, y está en proceso de construir una segunda caldera, que permitirá procesar más de 52 000 toneladas de posos de café al año a partir de 2025, mejorando la sostenibilidad del proceso productivo.

Arnau Pi, director de la fábrica de Girona, destacó que la incorporación de estas nuevas líneas de envasado supone un paso clave hacia el uso de materiales reciclables y la reducción del plástico virgen en sus productos. «En Nestlé, creemos que la producción sostenible de alimentos es esencial para el futuro y nos comprometemos a liderar esta transformación», afirmó. Con estas medidas, la compañía avanza hacia una producción más eficiente y responsable con el medioambiente, alineándose con las exigencias de sostenibilidad del mercado global.

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Cuando los microplásticos en los ríos empiezan a ser una preocupación.

Cuando los microplásticos en los ríos empiezan a ser una preocupación.

Cada vez hay más estudios que aportan evidencia de la presencia de microplásticos en ríos. Hay varios lugares en América Latina donde se han reportado. ¿Qué implica para estos cuerpos de agua?

Los microplásticos —partículas de plástico de menos de cinco milímetros— son conocidos por su elevada presencia en los océanos como resultado de la actividad humana, pero hay escasa investigación en los ríos, y en particular, en los ríos de América Latina y el Caribe. Ahora, un nuevo estudio hecho en dos ríos en Cuba y Venezuela destaca la necesidad de atender a su impacto en esas fuentes de agua dulce.

Una investigación publicada en Science estimó en 2024 que la emisión de microplásticos al ambiente es de entre 10 y 40 millones de toneladas por año, pero que podría duplicarse para 2040 si no se atiende el problema.

En América Latina, sin embargo, los estudios sobre microplásticos representan solo 4,8 % de la producción científica global y se destaca una “escasa” investigación sobre estos contaminantes en ríos de la región.

Esto es un problema considerando que Latinoamérica alberga dos de los 20 ríos más contaminados con plásticos del planeta. El Amazonas, indica una investigación de científicos brasileros, contribuye a la contaminación del océano con 63.900 toneladas de desechos plásticos cada año, y el Río Magdalena, en Colombia, aporta 29.500 toneladas anuales.

Brasil, México y Chile concentran los estudios, mientras en Argentina, el proyecto MappA es un ambicioso proyecto en curso que busca analizar más de 100 cuerpos de agua dulce en 18 provincias del país.

Microplásticos en ríos de Cuba y Venezuela

En Cuba, la reciente investigación, publicada en Environmental Pollution, examinó la contaminación por microplásticos en estaciones de muestreo de dos ríos: el Almendares, que corre en la capital del país, y el río Baños del San Juan, ubicado en un área rural cerca de La Habana.

El estudio encontró que el río urbano mostraba mayor presencia de microplásticos a causa de residuos industriales y domésticos, pero el río rural no estaba libre de esas partículas, lo que demuestra que incluso áreas sin elevada concentración humana también experimentan este tipo de contaminación.

De manera similar, el estudio venezolano se centró en Chichiriviche de la Costa, un pequeño pueblo pesquero del estado de La Guaira, a unos 65 km la capital del país. La investigación comparó los niveles de microplásticos aguas arriba y aguas abajo del río Chichi, y en la bahía donde desemboca, que es donde se ubica el poblado. Los resultados mostraron que la contaminación plástica era entre 2,3 y 3,8 veces más aguas abajo, lo que muestra que el pueblo es una fuente importante de contaminación.

José F. Grillo, coautor del estudio venezolano, dijo a SciDev.Net que es fundamental “entender cómo se comportan los microplásticos de una forma holística”, así como analizar fuentes, sumideros y su interacción con organismos, como un paso esencial para “intentar diseñar intervenciones que puedan tener un impacto sobre esta problemática”.

Ambos estudios identificaron las fibras de ropa y textiles como el tipo más común de microplástico. Se trata de partículas que pueden ser transparentes, o de colores, muy delgadas y que pueden provenir de telas sintéticas como el poliéster, las cuales liberan diminutas fibras durante el lavado. En áreas con un tratamiento deficiente de aguas residuales, estas fibras ingresan a los ríos y, eventualmente, terminan en el océano.

Los hallazgos del equipo cubano describen una elevada presencia de tereftalato de polietileno (41,9 %), comúnmente usando en bolsas y empaques, y el polipropileno (25,8 %), empleado en envases de alimentos y cuerdas.

“Estos son los plásticos que más se utilizan en los envases de productos de cuidado personal, productos de limpieza, bolsas de nylon, lo cual se corresponde con lo informado en la literatura”, dijo a SciDev.Net Jeny Larrea, coautora del estudio y profesora de la Universidad de La Habana.

Ambos estudios encontraron que los niveles de microplásticos aumentaban durante la temporada lluviosa. En Venezuela, la mayor concentración de microplásticos en la bahía de Chichiriviche fue hallada cerca de la desembocadura del río, lo que sugiere que el río actúa como un canal directo de contaminación de la tierra al mar.

Los microplásticos también se acumulan en los sedimentos de los ríos. En Cuba, los datos mostraron que las partículas plásticas se asientan en el fondo de ambos ríos. Este estudio encontró vínculos entre la presencia del polipropileno y la reducción de la actividad de los microrganismos del río, lo que indica que estas partículas pueden alterar procesos naturales como la descomposición de la materia orgánica.

Estos descubrimientos son una oportunidad para avanzar en un análisis integral de los microplásticos como un desafío ambiental que se extiende de la tierra al mar. Sin embargo, hay un largo camino a recorrer para comprender mejor su impacto en los ecosistemas y la salud.

Andreia Neves Fernandes, coordinadora del Laboratorio de Procesos Ambientales y Contaminantes Emergentes de la Universidad Federal de Río Grande do Sul, destacó el valor de esta investigación y comentó a SciDev.Net la necesidad de investigar “cómo los organismos internalizan los residuos plásticos y examinar los posibles efectos sinérgicos y antagónicos entre los microplásticos, otros contaminantes ambientales y la materia orgánica”.

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